16 de octubre de 2020

Boletín extra #24: Relaciones personales

Comunicación Asertiva Parte 2.

Para comenzar, debes saber que tus sentimientos no aparecen por arte de magia. Tampoco los provocan los actos de los demás: los crean tus necesidades. Te sientes bien cuando tus necesidades están satisfechas, y mal cuando no lo están.


Las necesidades representan la parte más profunda de nuestra humanidad, todos compartimos las mismas: necesitamos sentirnos apreciados, seguros o comprendidos. Por eso es más fácil conectar con la gente cuando expresas tus necesidades, porque saben a lo que te refieres.

Y esto nos lleva a otra de las claves principales de las relaciones personales. Cuando no entiendas los motivos de alguien para hacer o decir algo, para enfadarse o deprimirse, pregúntate qué necesidad no cubierta puede haber detrás. O mejor aún, pregúntale qué necesita realmente. Quizás ahora estés pensando que mostrar tus necesidades te hará vulnerable. Pero la realidad es todo lo contrario. Te ayuda a empatizar con los demás porque estarás hablando en un lenguaje universal, y eso provoca que también sientan la necesidad de abrirse.

Esta es la fase más difícil de la comunicación asertiva porque no estamos educados para identificar y expresar nuestras necesidades, sino para juzgar a los demás cuando no las respetan. Pero es imprescindible para alcanzar el paso final.

Hacer una petición concreta que respete las necesidades de las personas: Consiste en expresar claramente lo que quieres o esperas de los demás.

Identifica qué comportamiento lograría satisfacer tu necesidad no cubierta, y exprésalo con detalle para que la otra persona pueda decidir si quiere ayudarte a cubrirla.

Lo mejor de todo es que al haber expuesto previamente tu necesidad no cubierta en el paso 3 habrás creado una conexión empática y estará más dispuesta a decirte que sí.

¡Pero cuidado! Habitualmente cometemos dos errores al hacer peticiones:

  1. Decir lo que no queremos en lugar de lo que sí queremos
  2. Concretar poco y dejarlas abiertas a la interpretación de los demás,

Un ejemplo:

Decir “No me grites” a alguien, no le muestra el camino a seguir a partir de ahora. Tú lo que quieres decirle es “Trátame con respeto”, ¿verdad?

Vale, “Trátame con respeto” es mejor porque expresa lo que sí quieres, pero tiene otro problema: es demasiado vago y no concreta nada. En cambio “¿Te importaría dejarme terminar de hablar y bajar la voz conmigo?” sí que expresa específicamente lo que quieres.


Céntrate en lo que quieres y sé lo más específico posible. Convierte tus peticiones en acciones concretas que los demás puedan realizar. Cuanto más claro seas, más probabilidades tendrás de que satisfagan tus necesidades.

Por último, cuando hagas una petición, asegúrate de que en ningún momento se convierte en una exigencia. De lo contrario no estarás empatizando con la otra persona, sino demostrándole que antepones tus necesidades a las suyas.

Cuando alguien percibe que no vas a reaccionar mal -responda lo que responda- generarás confianza, se sentirá más libre y las probabilidades de que acepte se multiplicarán por dos.  

También es importante realizar tus peticiones en forma de pregunta, porque así demostrarás que respetas sus necesidades. 

Cuando a pesar de todo esto te encuentres con un no, habitualmente significará que tu petición supone un sacrificio demasiado grande en las necesidades de la otra persona. Entonces deberás continuar dialogando para encontrar nuevas posibilidades que os permitan satisfacer las necesidades de ambos.

  • Encuentra lo que te vincula y enfatízalo:  Es un hecho demostrado científicamente que cuanto más nos parezcamos a alguien, mejor nos caerá. Por ese motivo es muy importante que no dejes pasar las oportunidades de hacer evidente que tú y la otra persona compartan algo en común. Incluso puede compartir emociones.

Para centrar la conversación en un tema, acostúmbrate a preguntar los motivos que la gente tiene para hacer algo.

Consigue que hablen de ellos:  Resulta que hablar de nosotros mismos activa las mismas áreas del cerebro que están relacionadas con el placer. Por eso hay tanta gente que, aunque tú tengas la necesidad de contarles algo, terminan invariablemente derivando la conversación hacia lo que les ocurre a ellos: porque les resulta placentero. Cada segundo que pasan sin hablar se está privando de un momento de gozo.

Pero esto tiene una parte positiva y otra negativa. Observa este video y reflexiona: ¿Qué enseñanza nos deja?


La positiva. Si fomentas que alguien hable de sí mismo haciéndole preguntas e interesándote por él, conseguirás que experimente esa sensación tan positiva contigo junto al placer de sentirse escuchado. Y seguramente eso contribuya a que quiera pasar más rato contigo y valore más tu compañía.

La negativa. Es bueno lograr que la otra persona hable de ella, pero sin excederse. Lo más habitual es que la gente se dé cuenta de que lleva un rato monopolizando la conversación y entonces se interese por ti; como están acostumbradas a hablar siempre de ellas, no asociarán esa emoción positiva en concreto contigo, así que intenta ponerles un poco de freno.

Si te fijas bien las personas más carismáticas no suelen centrar la conversación en lo que les pasa a ellos. Si bien a menudo pueden hablar de un tema durante un rato de forma apasionada, la mayoría de las ocasiones preguntan, se interesan por ti, y te escuchan. Resiste la tentación de hablar y dedica fragmentos enteros de conversación a interesarte por tu interlocutor.

  • Pide consejo de vez en cuando: Las personas asertivas tienen varios rasgos en común, y uno de ellos es que suelen pasar percibidas como líderes.

Sin embargo, la imagen tradicional del líder (valiente, atrevido, agresivo) no es exactamente el tipo de líder que más respeto genera. Los líderes de verdad se preocupan por su gente, y así saben que puede acudir a ellos en momentos de necesidad.

Por lo tanto, para que alguien realmente te respete debes demostrar que te preocupas por la otra persona, que también le respetas.   A todos nos gusta sentirnos valorados y tomados en cuenta, y una forma muy fácil de que esto ocurra es cuando alguien nos pide opinión, consejo o una recomendación.

Observa bien a la gente asertiva. Además de interesarse por ti, van un paso más allá y te piden consejo. Qué películas les recomiendas, qué libros de ficción les aconsejas, qué series merece la pena empezar a ver… De esta forma haces evidentes que su opinión te importa, y eso fomentará el agrado hacia ti.

  • Reconoce sus méritos, aunque lo hagas mal: Una de las formas más eficaces de generar agrado y cautivar a los demás es sencillamente hacerles un cumplido real y creíble de vez en cuando. Reconocer lo que otros hacen es muy importante.

A menudo estamos hablando con una persona y nos estamos dando cuenta de ciertas características positivas de ella, como por ejemplo que tiene buen gusto para escoger la ropa que mejor le queda o que es capaz de comunicarse de forma muy clara. Sin embargo, la mayoría de las ocasiones nos lo guardamos para nosotros y no decimos nada. 

Si realmente hay alguna cualidad que te llama la atención de tu interlocutor, conviene hacérsela saber una vez ya avanzada la conversación. Si lo haces correctamente y sin exagerar o mostrarte demasiado entusiasmado, tan sólo reconociéndoselo como mérito, probablemente consigas generar un efecto muy interesante: la otra persona se sentirá halagada y te devolverá el halago. Y ya habrás generado de nuevo más cercanía.

La comunicación asertiva como habilidad social de relación es una forma de expresión consciente, mediante la cual se manifiestan las ideas, deseos, opiniones, sentimientos o derechos de forma  congruente, clara, directa, equilibrada, honesta  y respetuosa, sin la intención de herir o perjudicar, y actuando desde una perspectiva de autoconfianza.

Otros estilos de comunicación, como el estilo pasivo, el estilo agresivo, e incluso el estilo pasivo-agresivo, se fundamentan en ideas erróneas, no aceptan sus limitaciones y no respetan a los demás o a sí mismos. Además de ser muy poco eficaces.

Así, las personas con un estilo pasivo en su comunicación e interrelaciones sociales se caracterizan por la sumisión, la pasividad, el acomodamiento, relegando sus propios intereses, sentimientos, derechos, opiniones y deseos. El estilo agresivo, por el contrario, se caracteriza por no respetar los derechos, sentimientos e intereses de los demás, e incluso puede ser ofensivo, provocador o humillante.

Un estilo de comunicación asertiva será útil y funcional para hacer valer nuestros derechos, manejar conflictos, conducir situaciones de negociación con habilidad, establecer y mantener conversaciones con diferentes personas y en diferentes contextos; asimismo favorecerá el proceso de tomar decisiones, solicitar cambios de conducta en otras personas, ser directo con lo que se quiere expresar sin ofender y asumir riesgos calculados.

El asertividad parte de la premisa de que todos tenemos unos derechos asertivos, veamos algunos de ellos:

  • Derecho a cometer errores y a equivocarnos / Aceptarlos y corregir.
  • Derecho a aceptar los sentimientos propios o ajenos / Reconocerlos y manejarlos.
  • Derecho a tener nuestras propias opiniones, creencias y convencimientos.
  • Derecho a criticar y protestar por un trato injusto / De manera constructiva.
  • Derecho a interrumpir y pedir una aclaración / Necesitamos saber.
  • Derecho a intentar un cambio / Mejorar.
  • Derecho a pedir ayuda / No somos infalibles.
  • Derecho a decir “no” / Asertivamente.
  • Derecho a cambiar lo que no nos resulta satisfactorio / Puedo cambiar de opinión.

Algunos consejos para relacionarse de forma asertiva son, por citar algunos: enfrentarse el problema, no a la persona; tratar lo especifico, no lo general; no dar excesivas explicaciones; no disculparse más de lo necesario; no juzgar a los demás o a uno mismo por quien se es; ser empático y saber reconocer virtudes y defectos.


Tarea:

1. Haz durante una semana observación de tu comunicación y anota en el cuaderno: 

  • ¿Me comuniqué de manera asertiva, pasiva o agresiva? (Observación)
  • ¿Qué sentimientos tuve?  (sentimientos) como me sentí
  • ¿Cómo exprese mis necesidades? 
  • ¿Qué petición realice?

Ejemplo: Las dos últimas veces que has presentado el proyecto no has mencionado mis aportes (tu observación) y eso me desconcierta (tu sentimiento) porque me gustaría que se reconociera mi trabajo (tu necesidad). ¿Te importaría mencionar de qué forma yo también he colaborado la próxima vez que lo presentes? (tu petición)

2. Descripción: Cada uno selecciona tres objetos de la casa con los que se identifica y escribe en el cuaderno los objetos elegidos como identificativos y dicen el porqué. 


Realiza esta tarea en el cuaderno de orientación y recuerda enviar fotografía como evidencia al WhatsApp o correos de orientación escolar.


Milena Giraldo
Orientadora Escolar
WhatsApp: 318 236 2602 
correo: Rodriorientate@gmail.com

1 comentario:

  1. muy buen ejercicio del taller gracias profe samueldavidalbinovasquez@rodrigodetriana.edu.co

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